Somos cautivos de los partidos políticos. Nos quedamos atrapados por unos cuantos.




¿Ya se dieron cuenta mexicanos? que la decisión de unos cuantos de los políticos de los cinco partidos controlan a más de 120 millones de mexicanos. Eso genera incertidumbre e inestabilidad social y económica.

El regimen se percibe dictatorial pero no es dirigido por el presidente. Se siente atrás de el a otro circulo de personas que lideran las decisiones y las acciones de este gobierno. la voz populi lo manifiesta en los distintos escenarios; sobre todo a la hora del café; al gobierno en turno le conviene que estemos "dormidos", que tengamos entretenimientos; llamese fútbol, espectáculos, festivales, discursos, programas y bla bla bla.

El mexicano quiere certidumbre, no quiere escuchar somníferos discursos, quiere honestidad, integridad, compromiso, responsabilidad y congruencia de sus funcionarios en todos los ordenes de gobierno.

De ahí que en México no es creíble la democracia, si la corrupción comienza en la cúpula y termina en cúpula. El único camino es el de la educación, necesitamos a mexicanos con más pensamientos críticos, menos dogmáticos, las personas dogmáticas cuentan con un "yo totalitario" que rechaza tajantemente cualquier información a la que ya tienen. Si solamente creo en mi y pienso que los demás están equivocados, la intransigencia se multiplica de forma exponencial.

El totalitarismo democracia disfrazada tienen como herramienta sutil y efectiva el "populismo" en las masas. Son los egocentristas que no están preparados para dialogar y discutir porque no la conciben como valida. Esta actitud mental viene de la soberbia, de la "embriaguez" del poder, "mal de altura".  Estos personajes ya tradicionales enquistados en el presupuesto gubernamental afectan a todos los mexicanos. 

Del egocentrismo brota el fenómeno de la personalización este fenómeno adquiere dos manifestaciones: la audiencia imaginaria (creerse que vives en escenarios donde todos te miran  y te aplauden) y la fábula personal ( en la cual el individuo piensa que el y sus ideas son únicas y especiales). Estos personajes viven una falacia permanente.

La reflexión es: que los gobiernos democráticos se destaquen por escuchar y comprender a sus gobernados. Algún día esto lo verán nuestros nietos. 

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